lunes, 20 de febrero de 2012

Destino


Una tarde de verano en la que se había organizado una cena, a la cual ella asistía sin gusto pues le molestaba estar rodeada de tanta gente. Sus padres, quienes tenían la costumbre de llegar siempre con bastante tiempo de antelación, debieron esperar más de media hora para que iniciara la cena.

Por lo que ella y su mejor amiga decidieron apartarse y conversaron de lo aburrido que podían resultar esas citas, pero un poco más tarde la conversación se volvió más amena debido a la llegada de una persona especial a la cual conocían alrededor de un año, quien llamaba la atención de ambas. La espera se volvió más agradable,  conversando con una confianza que no habían tenido hasta ahora. Para ninguna de las dos era una sorpresa los sentimientos de la otra, ya que tenían una complicidad y capacidad de aceptar sus opiniones, que pocas veces se disgustaban por alguna  diferencia entre ellas.

Pero lo que en realidad le llamó la atención era que este las trataba con una confianza poco habitual, porque ella no acostumbraba a tratar así con las personas. En realidad era una mujer de muy pocos amigos, esto se debía a su timidez y a que era muy critica al momento de establecer una amistad, casi nunca hablaba más de lo necesario, a no ser que sintiera demasiada confianza. Por lo mismo a ella le resultó extraño que él tuviera esa disposición en esta oportunidad, ya que en realidad sólo habían conversado algunas veces en su casa,  y no pasaba más allá del saludo y consultas habituales de la vida, producto de las constantes invitaciones de sus padres. Hasta entonces ambos eran conocidos y no íntimos amigos; a pesar de lo que producía en ella.

El agrado para ella forzosamente  terminó cuando comenzó a llenarse el lugar de personas que consideraba bastante poco discretas, pero esto sólo se debía a que alteraban el orden al que estaba acostumbrada, pues amaba el silencio y la soledad. La cena transcurrió bastante animada, porque la madre de él se sentó en su mesa y producto de esto, se vieron bien atendidas, y con una inusitada simpatía fue testigo que recibía unas atenciones poco usuales de su parte para ella hasta ese momento. Así como a las diez y treinta de la noche la cena llegaba a su fin; preparando todos la actividad que continuaba para dar fin a la velada.

Cuando la música comenzó a sonar, ella fue consciente que por primera vez bailaba en un lugar con tantas personas. Pero, algo extraño sintió como a los cinco minutos de empezado esto, sentía como si la observaran y vino a ella la curiosidad de saber de quién  se trataba; y, luego de varios intentos pocos fructíferos supo a quién pertenecía esa mirada. Sintiendo un poco de vergüenza al percatarse que se trataba de él, quien a su vez se sabía descubierto, y que por lo demás se decidió a dar una sonrisa bastante tranquila. Para ella fue bastante difícil reconocer el porqué de esta actitud, y sólo deseaba saber por qué justamente ahora sucedía algo así. Luego vino a su memoria qué podría pasar con su querida amiga, si su intuición esta vez no la  engañaba.

En ese instante su paz se alteró. Su desasosiego fue mayor cuando pensó que deseaba más de lo normal saber de qué se trataba y si era posible tal vez, que ella podría gustarle. Estaba tan absorta  en sus pensamientos que no se fijó en lo que sucedía a su alrededor y se asustó cuando un momento más tarde él estaba a su lado. Incapaz de controlarse sólo pudo sonreír bastante ansiosa por saber que hacia junto a ella, después de muchos minutos sin hablar él se acerco y la abrazó muy fuerte,  le confesó su amor. Para ella esas palabras fueron muy sorprendentes y gratas, pero no fue capaz de reaccionar. Estaba paralizada, nunca se había enfrentado a una situación así. Por una parte estaba la sensación producida por aquella confesión, pero además apareció la preocupación por el bienestar de su amiga. Enfrentada de improviso a ese panorama se alejó sin  decir una palabra. Los padres de ella hicieron una señal que anunciaba que se retiraban al instante, aunque ellos no se percataron de lo que acababa de ocurrir.

Continuará... 
Nota: La imagen que he utilizado para este cuento ha sido realizada por mi, pero inspirada en una que he visto en la web.

3 comentarios:

Lady Jane dijo...

Hola Jennieh.
Un grato placer conocerte. Te visito gracias al blog de Jazmín.
Tu sitio es encantador y acogedor. Tus gustos son tan afines con los míos que sinceramente no podría cerrar la ventana de tu página prontamente.

Está bastante interesante tu historia, yo diría más que interesante... Es increíble: dos buenas amigas sintiendo afecto por el mismo caballero. Y ahora, dicho caballero se declara a una de ellas, la protagonista. Lo primero que piensa es en el bienestar de su querida amiga. Es un marco común, suele pasar; pero aunque sea común, no deja de ser un asunto complicado que ha pasado desde aquella época maravillosa.
¡Ya quiero saber qué pasa con tu espléndida historia! Me paso de inmediato a la siguiente parte.

Encantadora tu morada virtual, Jennieh. Te sigo de ahora en adelante. Te invito a la mía que también está dedicada a la fabulosa dama decimonónica Jane Austen. Si te apetece visitarme, serás cordialmente recibida.

Saludos atentos.

anne wentworth dijo...

orale!!!... me ha gustado el comienzo, suena bien aunque me sorprendió esa manera de confesar su amor, muy sorprendente, y rápido, ya veremos que dice su amiga cuando se entere!!
un beso!!

Jennieh dijo...

Querida Anne:

Me alegra que te guste, y sip creo que todo en esta historia va a pasar un poco rápido.

Besos